Jaime Sabines: El legado de un exquisito poeta mexicano

Jaime Sabines: El legado de un exquisito poeta mexicano

Nota realizada por: César Eduardo Zárate, Mario Villacorta y Paulina Cuevas

Fuente de la imagen: CARAS

¿Quién fue Jaime Sabines y por qué es importante conocer su legado? 

Jaime Sabines fue un poeta mexicano, conocido como el “Francotirador de la Literatura”, aportó su talento, ideas y pensamientos en las generaciones de literatos mexicanos y de América Latina.

Nació el 25 de marzo de 1926 en Tuxtla Gutiérrez, estudió durante tres años Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sin embargo, él supo que no era su vocación y decidió estudiar Lengua y Literatura Castellana en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Al finalizar su carrera profesional, regresó a tierras chiapanecas, donde trabajó como vendedor de telas, mientras se encaminaba en la política. Años más tarde, publicó su libro Horal, una recopilación de sus poemas más importantes como el poema: Los amorosos.


Su legado…

Jaime Sabines dejó como legado una recopilación de poemas como; Tarumba (1956) y Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973), algunas de las obras más importantes del poeta oriundo del sur mexicano. Estos trabajos le otorgaron dos premios: el Xavier Villaurrutia y la Medalla Belisario Domínguez. 

De igual modo, en su honor se inauguró el Festival Internacional de Letras “Jaime Sabines” en el Estado de Chiapas, que se celebró hasta el año 2015. 

Su personalidad, poesía, libros, poemas, hacen que su legado perdure en México y el mundo.

Cabe destacar esa poesía amorosa y humanista, que lo llevo a ser uno de los poetas más leídos del siglo XX, según la Secretaría de Cultura de México.

Para celebrar continuar en la celebración de su 22º aniversario luctuoso, El Altavoz te presenta este poema en su honor:

Me doy cuenta de que me faltas

Por: Jaime Sabines

Me doy cuenta de que me faltas y de que te busco entre las gentes, en el ruido, pero todo es inútil. Cuando me quedo solo me quedo más solo solo por todas partes y por ti y por mí. No hago sino esperar. Esperar todo el día hasta que no llegas. Hasta que me duermo y no estás y no has llegado y me quedo dormido y terriblemente cansado preguntando. Amor, todos los días. Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta. Puedes empezar a leer esto y cuando llegues aquí empezar de nuevo. Cierra estas palabras como un círculo, como un aro, échalo a rodar, enciéndelo. Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas, en mi garganta como moscas en un frasco. Yo estoy arruinado. Estoy arruinado de mis huesos, todo es pesadumbre.

Fuente: El Heraldo de México

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