Memorias del olvido

Memorias del olvido

Corrían los días del verano, esos que llenan de magia justo cuando el sol cae y el cielo se pinta de morado. A su vez, las estrellas se asomaron una por una, la luna al otro lado del hemisferio surgió como una campeona, enorme y brillante, recibiendo los piropos de los enamorados y siendo acosada por las cámaras de los aficionados quienes trataban de conservar su magia en una foto.

Antonio no era la excepción, estaba sentado sobre el techo de su casa, miraba aquellos anocheceres, deseoso de volver aventurarse a los misterios que esconden las noches veraniegas. Sin embargo, aquel verano, se despedía de todo lo que conocía y de quienes conocía.

Bajó del techo como si de un gato se tratara, tomó la mochila que había dejado junto a la puerta de su casa y miró por última vez a su madre, quien sin preocupación alguna servía la cena a sus hermanas. Antonio tomó aire y emprendió su caminar rumbo a la playa.

Durante su caminata la luna lo acompañaba. Antonio escuchaba a las estrellas murmurar entre sí, lo juzgaban, pues serían las únicas, la gente que pasaba a su lado no intentaba detenerlo. En realidad, las personas ni siquiera lo volteaban a ver, su existencia era irrelevante. Solo las estrellas serían testigos.

Antonio cruzó la reja oxidada del antiguo faro, un faro que al igual que él, había sido olvidado por la sociedad, el faro solo seguía en pie porque todavía le quedaba una historia más por contar. 

Las olas se alborotaron al saber de la llegada de Antonio, el viento comenzó a soplar y levantar la arena que golpeaba su rostro cómo pequeños balines. En tanto, Antonio pudo tomarlo como una advertencia, pero él seguía con su camino: estaba decidido.

Se paró frente al mar, dejó caer su mochila sobre la arena, cerró los ojos y respiró hondo, dejó que la brisa entrara a sus pulmones.

-La noche es joven y el mar también, fui maldecido con la memoria y vengo a entregarla- dijo sin abrir los ojos.

El viento se detuvo, las olas desaparecieron y la luna fue atraída al mar como si un imán la hubiera arrancado del cielo.

-¿Quién eres?- se escuchó una voz.

Antonio abrió los ojos despacio y fue entonces que la vio posada sobre el mar, tan brillante y blanca como la luna misma y con unos ojos azules que te drenan el alma con tan solo verlos.  Aquella chica que la gente había olvidado era real… y estaba frente a él.

-Mi nombre es Antonio- logró apenas gesticular tras la gran impresión que estaba teniendo.

-¿Qué quieres?- se escuchó.

Estuve investigando sobre ti, la hija de la carne que dejó todo para irse al mar, sé lo difícil que fue para ti dejarlo, él sabe que tiene que buscar a alguien, pero no sabe a quién. 

-Sin embargo, ha crecido, ya es un hombre y pronto su osadía comenzará- dijo sin tartamudear ni separar la vista del rostro de la chica sobre el mar. Te ofrezco ese saber y también me ofrezco yo como sirviente, he sido maldecido con la memoria, no puedo vivir en un mundo que yo recuerdo y la gente no.

-¿A cambio de qué?- cuestionó.

Tranquilidad para mi familia, que mis hermanas crezcan llenas de sabiduría y virtud. Y que mi madre pueda descansar y disfrutar de la vida que se le ha visto arrebatada.

La chica sobre el mar extendió una de sus manos, cuatro serpientes negras salieron del océano y se enterraron en la arena, Antonio miró a la chica quien seguía con la mano extendida, él caminó hacia ella, cada paso que daba sentía una punzada en sus sienes, el mar le abrió camino para que pudiese llegar con ella, las punzadas se hacían más fuertes, pero él aguantaba el dolor. A la par, sus ojos comenzaban a expulsar lágrimas, lágrimas que eran interceptadas por el viento y la sal del mar. 

Y finalmente, cuando logró tomar la mano de la chica, el mar cerró violentamente desintegrando su cuerpo, convirtiéndolo en simple espuma. Mientras que, en el horizonte, nuevamente comenzaba el verano.

Columna desarrollada por estudiantes de la Escuela de Comunicación y Empresas de Entretenimiento de la Universidad Anáhuac Mayab en el marco de la asignatura «Narrativa Literaria».

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7 thoughts on “Memorias del olvido

  1. Me gusto mucho la manera en como esta escrita la historia. Pude sentir la tensión y las emociones que el autor trata de expresar en su escrito. Desde mi punto de vista una gran narrativa.

  2. Creo que para muchos el sentirse solo y olvidado es una inseguridad y un miedo muy grande. Muy triste historia, espero que mínimo su familia se acuerde de él.

  3. La conexión emocional es algo muy complicado de hacer, pero con este cuento lo lograste; sé quedo en mí ese sentimiento de vacío.

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