Workers (crítica)

Workers (crítica)

El retrato paisajista urbano de la última década de Tijuana, narrada al lento ritmo para el cuál pasa la vida de sus personajes y bajo la realización de un director que asume una bandera que condena la necesidad imperativa del lucro en el arte, se hace a voces del jurado el filme ganador del premio a Mejor Largometraje en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

José Luis («Pepe») Valle ofrece una retrospectiva muy fresca sobre las barreras entre estratos sociales. A través de la vida de trabajadores de la escala más baja, los sueños y aspiraciones cobrarán un nuevo significado, convirtiendo en seres humanos a personas cuya aparente intrascendencia los ha convertido en objetos de decoración de escenas del día a día.

Rafael, un salvadoreño analfabeta que ha pasado los últimos treinta años trabajando como empleado de aseo y mantenimiento en Phillips, se prepara ansiosamente para exigir su jubilación. Para su sorpresa, un error de papeleo revela que nunca estuvo registrado en la empresa, por lo que su estadía legal y laboral nunca existió oficialmente. La compañía le ofrece, a cambio de no reportarlo a migración, permitirle seguir trabajando.

Lidia es una empleada doméstica al servicio de una moribunda anciana millonaria cuya única afición es consentir a su perra, «La Princesa». Al morir, el animal hereda toda la fortuna de la dueña y los sirvientes deben seguir laborando para éste hasta que fallezca. Después de esto, lo fortuna será heredada por ellos.

Rafael y Lidia, cada uno a su manera, comienza una lucha contra el sistema que los apresa y los trata en un grado menor a seres humanos. Esto es justamente de lo que se trata Workers: la lucha del proletariado contra condiciones que los reducen a unas letras en un contrato o a recalcar una dignidad inferior a la de un perro. Será, también, a través la iluminación que reciban al darse cuenta de su situación, que liderarán una silenciosa revolución personal cuya pugna pequeña pero constante servirá para batir a la macroestructura. Pepe Valle reinstaura la universalidad del marxismo humanista e intelectual a través de este discreto pero poderoso filme.

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