Los payasos del Pop Art

Los payasos del Pop Art

Por Rodrigo Buenfil

El arte jamás debe formar parte de la vida cotidiana, no es algo más que está ahí rondando sin motivo alguno.  El arte por el arte de Manet, que buscaba una reacción o un tipo de consecuencia, es realmente lo que se me hace puro.  El Pop Art es la antítesis del arte.  Es más bien un producto para fines consumistas, sin sustancia.

Decir que el Pop Art es arte, es lo mismo que decir que Apple es una empresa que genera artículos de arte. No realmente: generan productos específicos en masa para el consumo de la gente, van con vanguardias, crean vanguardias acorde a lo que la gente podría llegar a querer.  Un cuadro de Van Gogh, en el cual se despojaba de todo tipo de plasticidad y enmarcaba su alma, tiene un valor indescriptible, mientras que a Warhol lo percibo como un payaso a lado de él.

La razón por la que tengo una opinión tan punzante es porque lo mismo ha ocurrido de manera paralela con la escena musical, que es arte también.  Definitivamente la música “Pop” carece también del fin último de una pieza de arte verdadero, que es la expresión más pura de un sentimiento humano.  Hasta los dadaístas intentaban expresar la escoria en la que la humanidad se había convertido con su arte retador y aunque no querían tener ningún tipo de afiliación con nadie, la tenían, la de la gente retadora ante el mundo, la de los anarquistas sin saber que lo son.

El Pop Art y la música pop tienen una característica en común que resalta de entre las demás: son productos de consumo.  No tienen una trascendencia real, es más bien una concepción diferente de una idea de expresar lo que el público pida.  A las masas lo que es de las masas. Los que buscan arte verdadero no importan porque no pagan tanto como la aglomeración consumista.

¿En donde quedó el sentimiento real?  El egocentrismo tomó un rol principal desde los readymades.  Dalí tenía un ego enorme, pero en sus cuadros no lo mostraba.  Era honesto al momento de expresarse, desnudaba su alma.  Un readymade no es más que una banalidad que adquirió fama por la gente desesperada por adquirir una pieza de arte y simplemente decir: “Yo tengo un artículo Marchel Duchamp”. Si agarro un micrófono y le quito el filtro y lo firmo con mis siglas -R.B- definitivamente no estoy volviéndolo un readymade: es un micrófono sin filtro.

No todo es arte y no todo es indiferentemente arte. Eso es completamente falso, es algo a lo que ha llegado la mediocridad humana de pensar que su percepción es lo único necesario para justificar una pieza que carece de valor o relevancia.  El arte real es plasmar lo que eres, es plasmar tu alma, tu idea, tu técnica o tus experiencias.  Es dejar que hable un lenguaje totalmente distinto al humano mundano, es el lenguaje divino por excelencia.

No hay que confundirnos, la muerte del arte no la causó Warhol con el Pop Art, la causamos nosotros mismos al aceptar esa mediocridad como arte y convertirnos en el pop dentro del art.  Se compra por tanto se vende y ultimadamente sigue existiendo y teniendo un alto valor.  La gente consume lo que sea con tal de estar en la corriente popular y no andar en la vereda, seguir en el camino de lo que es popular para no sentirse alienado de una cultura que grita por tener identidad.  Hay que regresar a lo honesto:  Van Gogh era un artista, estos poperos no son más que payasos egocéntricos justificando sus juguetes.

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