Dos poemas de principio

Dos poemas de principio

Un conocido en el espejo

Llegará un tiempo, en el que saludarte será reencontrarte con tú yo mismo extraño en el espejo, 

El tiempo en el que ambos sonreirán la bienvenida del otro.

Te darás cuenta que tienes enfrente a la persona que te amó de por vida, ese extraño que jamás has conocido para conocer a otro corazón que te conozca de memoria.

Despréndete de tus ideas, piérdete encontrándote.

Disfruta los momentos y vive alegrías.

Así es la vida, celebra día tras día.

Los ojos de Junio

Ojos con espacio y sin relleno, mirada que anhela una masa. Solitarios como el mirar a los lados y no ver ni un alma. Corazón y cerebro unidos para el ascenso del karma.

Sentir pero no vivir, felicidad maltratada por un extraño intruso del vacío ocupado. Una línea gruesa por la delgadez de su consistencia hecha y derecha para la paciencia. Ojos cerrados para dejar de sentir y aprender a vivir, dejarte llevar y dejar de juzgar.

Espacios llenos por la imaginación que el corazón deja desparramados por la intuición del deseo evolutivo de la idea puesta en ejecución. Eres tú y no es aquello, es adentro y no afuera, soñar sin dormir, ojos sin cerrar por más que quieras intentar cambiar las reglas para ganar.

Regresa al comienzo y entenderás, sino solo no estás, no preguntes y el relleno gózalo como llegaste al mundo, feliz y sin lamentar. 

Columna desarrollada por estudiantes de la Escuela de Comunicación y Empresas de Entretenimiento de la Universidad Anáhuac Mayab en el marco de la asignatura «Narrativa Literaria».

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13 thoughts on “Dos poemas de principio

  1. Me gustaron mucho tus textos amigo.
    Creo que es el tipo de escritos en el que no se trata de entender, sino de sentir. Me costó un poco comprender al inicio de lo que hablabas pero me parece que es un buen comienzo.

  2. Buenos poemas, y yo me quedo con el primero, ya que muchas veces olvidamos a la persona que realmente es la más importante de nuestras vidas, la cual es uno mismo precisamente.

  3. «Piérdete encontrándote» ¡Me encantó esa frase! es algo que siempre he creído. Muchas veces pensamos que conocernos es sumamente fácil pero la cantidad de veces que nos perdemos haciéndolo son incontables

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